Andrea Verza la ley de talles

Andrea Verza el consumo debería apuntar a locales que respeten la ley

El estatuto de talles según Andrea Verza

No es una primicia que actualmente la sociedad en la que vivimos se rige en gran parte por los preconceptos estéticos que los medios enseñan como ideal: el talle adecuado, la altura adecuada, eso que está de moda y qué constituye a alguien feliz. Si bien se critica usualmente a los medios, la publicidad y la moda por mostrar un modelo de imagen femenina que repetidamente resulta inalcanzable para la mujer normal y promedio, el inconveniente más grande aparece cuando lejos de ser una imagen que se intente imitar o el ideal de concepto a seguir se itransforma en una imposición. Según Andrea, la obligación se genera cuando estalla el impedimento de acceder a determinadas prendas por no cumplir con los cánones físicos impuestos, ocasionando frustración y presión social sobre la mujer real para poder formar parte de lo que se ofrece en el mercado a la hora de vestir. Esto no sólo ocasiona un malestar sino un auténtico peligro: psicológicamente, la inviabilidad de acceder a dicho tipo de vestimenta por no adopte, con los talles que se encuentran puede llevar a depresión, enfermedades alimenticios y otras condiciones riesgosas de salud que podrían y deberían ser prevenidas.

¿Qué es la legislación de talles?

Andrea VerzaLa ley de talles, acreditada en el año 2001 y finalemente reglamentada cuatro años más tarde se dio como respuesta a el inconveniente cada vez más evidente en la falta de cantidad de talles en los locales, proponiendo una cantidad de talles reducidos desde el 38 al 42, dejando sin posibilidad de adquirir la mayor parte de las prendas a mayor parte de la población. La reglamentación de talles estipula que cualquier local debe contar con un mínimo de ocho talles de la misma prenda, confirmando así que la variedad de cuerpos que pueden adquirir esa indumentaria será mayor. Si bien los fabricantes contestaron con quejas y excusas por las cuales defendían mantener la cantidad de talles existentes, se considera que más allá de los valores que se incrementan al ofrecer mayoría cantidad de medidas, también se relaciona con la idea que tienen ciertos diseñadores de que las prendas que realizan se luzcan en eso que socialmente se ha impuesto como el talle perfecto. Aunque ya han pasado catorce años desde que la legislación de talles fue aprobada, confirma Andrea Verza el 75% de comercios no cumplen con la regulación y el gobierno no pena con los importes correspondientes a esos que la están infringiendo, lo que lleva a que años después, el inconveniente siga siendo el mismo.

La legislación de talles: expectativas

Andrea explica que las expectativas que se pusieron sobre la implementación de la legislación de talles en Argentina tienen que ver con la inclusión saludable de todos los modos de mujer, alejando el concepto para muchas inalcanzable de cuerpos. Con esto se esperaba que el resultado fuera un mercado menos cruel para la mujer en tanto la mayor parte pudiera llegar a la misma diferenciación sin sentirse segregada por sus medidas y su tamaño.

¿Por qué es tan fundamental?

La necesidad de la legislación de talles afecta a la mayor parte de las mujeres que añoran poder vestirse a la moda y igual que resto y se sienten frustradas al no acceder talles. No se habla de talles grandes o especiales necesariamente, sostiene Andrea, sino de que los talles que se venden como normales no responden a medidas saludable de peso, edad, estatura y contextura. Al no haber medidas mínimamente estandarizadas, un talle L se modifica en una cantidad de centímetros notables de una casa de indumentaria a otra, por lo cual es imposible registrarse por el talle y tener una certeza de que se está proponiendo lo apropiado acorde a lo estipulado.

Andrea Verza y las demás

Andrea Verza, Andrea noemi verzaAndrea Verza es una de tantas mujeres que quieren poder disfrutar de la moda y no sufrirla a cuando es tiempo de hallar un talle que les quede bien. Es por eso que al considerar la falta de implementación y regulación que hay tantos años después de hecha y mostrada esta estatuto invita a la reflexión y a la discusión de este tema que lejos de ser mundano, es un hecho de suma importancia no sólo para las mujeres adultas sino para las niñas y preadolescentes y la imagen que esta discriminación reiterativa les devuelve sobre sí mismas. Esa sensación de no poder adaptarse en el molde que se les impone como normal ocasiona fuertes consecuencias, que pueden derivar en una imagen errónea sobre sí mismas.

Vestirse es un derecho de todas las mujeres

Más allá de los enfermedades alimenticios que pueden ocasionarse a raíz de esta situación, la evasión de la estatuto de talles y la falta de amplitud de los mismos en la gran parte de los negocios atentan en contra de un derecho básico: vestirse. Andrea explica: muchas veces el no hallar vestimenta que entre resulta en salir de un comercio con manos vacías y rostros largas, buscando dónde poder adquirir y si uno lo piensa, eso no ayuda ni al negocio a incrementar sus ventas ni a la un individuo que está intentando obtener nueva ropa, más allá de estar violando la ley. Es decir, que si un comercio no incluye la amplitud de medidas que exige la ley, está atentando contra el derecho de una persona de vestirse y por tanto, infringiendo la reglamentación.

¿A quién ayudaría de cumplirse?

La ley de talles exige que un negocio deba tener hasta el talle 50 en ropa de hombres y mujeres. Si bien las mujeres suelen ser el sector más dañado con el incumplimiento de la ley de talles, Andrea Verza explica que son muchos los hombres que también se sienten privados de acceder a determinada indumentaria no por un factor económico sino por la falta de medidas que necesitan. adopte la legislación de talles beneficiaría a toda la sociedad porque ayudaría con gran intensidad a despojar a la gente del ideal ideal de cuerpo que se ve como necesario. No hay nada más saludable que apoyar una imagen sana y real en vez de un cuerpo inalcanzable y permitir que la moda sea para todos.

obtener vestimenta: ¿Un placer o un desafío?

Andrea Verza analiza la situación que implica el ir a obtener indumentaria para la gran parte de las mujeres. también de ser una necesidad básica, suele estar asociado con un momento de disfrute, de placer e indulgencia en la cual ir a obtener una prenda que devuelva una imagen favorable de uno mismo sea una actividad positiva. De hecho, publicitariamente está buscado que la adquisición se asocie directamente al placer, al éxito y a la felicidad. Entonces, cuando adquirir vestimenta deja de ser un placer y se convierte en un desafío, en contraposición con la idea de felicidad y disfrute que se esperaba al ir a adquirir, se vuelve una frustración muy grande.

Más allá de los talles

a la vez de que cualquier individuo necesita poder acceder a la ropa y la indumentaria generalmente, la legislación de talles además promueve un debate llamativo acerca de la discriminación de las edades. Si al buscar indumentaria para adultos ofrecen los mismos talles y medidas que para una preadolescente, algo no funciona. Algo no se está cumpliendo ni regulando, y según Andrea Verza el enorme error por parte del consumidor se da cuando no se denuncia el incumplimiento de la legislación, y el estado no lo regula y aplica las pena correspondientes a los fabricantes y vendedores. Es notable que los comercios que respetan la ley de talles son la minoría del total de los que hay funcionando en nuestro país y después de tantos años de sancionada la reglamentación, es preocupante que la estadística sigua siendo negativa.

No es un beneficio, es una obligación

Es visto asiduamente que cuando un negocio respeta el cumplimiento de la legislación de talles generalmente suele tener un cartel que lo indica o hasta un apartado en su página web diciendo que ellos sí son fabricantes conscientes. Eso por un lado, está muy bien ya que podemos entrar a ese lugar con la confianza y tranquilidad de que adquirir no necesariamente va a ser un sufrimiento. también es un hecho que los comercios que indican que cumplen la legislación son por lejos la minoría del total de todos los fabricantes de ropa. El punto es según Andrea, que no debemos tomar el cumplimiento de la ley de talles como un ventaja adicional que ofrecen los comercio de indumentaria, sino una imposición que todos deberían adopte. Una parte importante de una ley es tomar control y preocuparse por que se adopte, en la medida que cada uno pueda.

¿Qué hacemos mientras tanto?

Idealmente, según Andrea, el consumo debería apuntarse a los locales que respeten la ley de talles para incentivar a los demás a que sigan el ejemplo. Sin embargo, el cambio y la instauración total depende de la regulación de los negocios y la implementación de la reglamentación a los fabricantes de vestimenta. Pero hasta que esto se haga, es fundamental recordar que el modelo que se impone no es el apropiado, y que vestirse es un derecho y apuntemos a que con el tiempo, para la mayor parte de las mujeres, pueda volver a ser un placer.

Andrea Verza

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